Marta vio con claridad que ese hombre haría lo que decía, de modo que supo que no tenía más opción que correr, y así lo hizo. Sin preocuparse de las cámaras de vigilancia se dirigió directamente hacia el lugar de reunión. Sabía que esto llevaría a la policía directamente allí y que esto signifi caba delatar la existencia misma de su célula, pero ya estaban comprometidos y necesitaba el kit de escape que teóricamente le esperaría ahí. El sonido de sus tacones y su respiración entrecortada se mezclaba con el sonido lejano de sirenas. El mundo había cambiado.
En 2084 (Tapa blanda)

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